La absurda estrategia arancelaria de Estados Unidos

La administración Trump ha sorprendido al mundo con la imposición de aranceles a territorios con escasa o nula actividad económica, incluyendo islas deshabitadas, enclaves con colonias de pingüinos y bases militares secretas. Esta decisión, aparentemente carente de criterio económico, ha generado un gran desconcierto a nivel internacional.

Islas afectadas por los aranceles

Entre los territorios afectados se encuentran las Islas Heard y McDonald, pertenecientes a Australia, conocidas por sus glaciares y colonias de pingüinos; las Islas Cocos, habitadas por unas 600 personas; la isla noruega de Jan Mayen, sin residentes permanentes; y Tokelau, un territorio autónomo de Nueva Zelanda con una economía modesta. También se han impuesto aranceles a Saint Pierre y Miquelon, un pequeño territorio francés con una población de 5.000 habitantes, y a Lesoto, un país africano sin salida al mar.

El cálculo erróneo de los aranceles

La clave para entender esta medida reside en la forma en que Estados Unidos ha calculado los aranceles: se basan en el superávit comercial con Estados Unidos, lo que resulta en gravámenes desproporcionados para territorios con exportaciones mínimas a los EE. UU. Esta fórmula ha afectado especialmente a países con economías frágiles como Lesoto, donde un porcentaje considerable de sus exportaciones se verán afectadas por un arancel del 50%.

Impacto en bases militares y territorios aliados

La decisión de imponer aranceles es aún más sorprendente considerando que afecta a bases militares estadounidenses, como la isla Diego García, un atolón que sirve como base secreta para Washington, y al Territorio Británico del Océano Índico, donde se encuentran bases militares conjuntas. Incluso las Islas Marshall, con la base estadounidense de Kwajalein para pruebas balísticas, se han visto afectadas por esta medida.

Carencia de lógica económica

En resumen, la estrategia arancelaria de la administración Trump carece de una lógica económica clara. La imposición de aranceles a islas deshabitadas, enclaves con escasa o nula actividad económica, y bases militares propias genera un gran desconcierto. Si bien el impacto real de estas tarifas será nulo en algunos casos, en otros, como Saint Pierre y Miquelon o Lesoto, las consecuencias pueden ser desproporcionadas y devastadoras para sus frágiles economías.

Fuente: Xataka