Europa ha enfrentado una subida en el precio de la electricidad, impulsada por factores como el "dunkelflaute" (disminución de la energía renovable en invierno) y el envejecimiento de las redes eléctricas. Ante esta situación, una solución innovadora surge en el horizonte: un cable eléctrico transatlántico que conectaría Europa y América del Norte.
Interconexión para un futuro energético sostenible
Un estudio de Ember destaca la viabilidad de este ambicioso proyecto. Este cable permitiría el intercambio de energía entre ambos continentes, aprovechando las diferencias horarias y las variaciones climáticas para optimizar la producción eólica y solar. La creciente demanda de electricidad, impulsada por la electrificación de varios sectores, hace que esta interconexión sea cada vez más necesaria.
Beneficios de la interconexión transatlántica
Se espera que en las próximas dos décadas la mayoría de las redes eléctricas estén descarbonizadas. El cable transatlántico mejoraría la eficiencia del mercado energético, reduciendo la volatilidad de los precios y aportando mayor estabilidad. Las diferencias horarias entre continentes optimizarían la generación eléctrica, suavizando las fluctuaciones de oferta y demanda.
Desafíos y consideraciones
A pesar de sus beneficios, el proyecto presenta desafíos significativos. El alto coste de la infraestructura y los retos técnicos son consideraciones importantes. La cooperación internacional entre gobiernos es crucial, así como la consideración de factores geopolíticos que podrían afectar la seguridad del cable, como se evidenció con incidentes previos de sabotaje en otros cables submarinos.
Una visión de futuro
A pesar de los desafíos técnicos y geopolíticos, la interconexión entre Europa y América del Norte mediante un cable submarino representa una solución innovadora para garantizar la seguridad energética y cumplir los objetivos de descarbonización. La creación de un sistema energético global interconectado ofrece una valiosa perspectiva para abordar los retos energéticos del futuro. El potencial de este proyecto radica en la capacidad de unir dos de las mayores redes continentales del mundo para un intercambio profundo de energía y un mercado energético más eficiente.
Fuente: Xataka