Europa impulsa la electrificación de su flota automovilística con políticas que restringirán drásticamente las emisiones de los coches de combustión a partir de 2025, 2030 y con una prohibición total en 2035. Estas medidas, aunque ambiciosas, están favoreciendo inesperadamente a un gigante asiático: China.
El auge chino en la industria del coche eléctrico
China ha invertido estratégicamente en la cadena de suministro del vehículo eléctrico, desde la extracción de materias primas hasta la producción de baterías y automóviles. Esta estrategia le ha otorgado una posición dominante en el mercado global, representando el 76% de las ventas mundiales de coches eléctricos entre enero y octubre de 2024.
Según datos de The Guardian, basados en información de la Asociación de Automóviles de Pasajeros de China, se vendieron 14,1 millones de coches eléctricos a nivel mundial durante este periodo, superando los récords de 2023. De esta cifra, un 69% correspondió al mercado chino.
El impacto de aranceles y políticas: ¿Una respuesta efectiva?
Tanto Estados Unidos como Europa han implementado medidas para frenar la influencia china. Estados Unidos ha impuesto aranceles del 100% a los coches eléctricos importados de China y planea prohibir el uso de componentes y software chinos en vehículos. Sin embargo, las ventas chinas en el mercado estadounidense eran insignificantes, por lo que el impacto de estas medidas es limitado.
Europa, por su parte, aplica aranceles a los coches eléctricos chinos desde finales de octubre de 2024, aunque desde verano se venían aplicando derechos compensatorios. Si bien la cuota de mercado de los fabricantes chinos en Europa sigue siendo pequeña (alrededor del 8% en el mercado eléctrico), el origen de la producción de coches eléctricos vendidos en Europa es cada vez mayor, alcanzando un 20% procedente de China en 2023. Esta cifra incluye no sólo la producción china, sino también la de marcas europeas que fabrican en China.
Los factores clave del éxito chino
El éxito de China se basa en varios factores: su inversión en la cadena de suministro, el aumento de sus exportaciones debido a una sobreproducción para su mercado local, y el impulso de las ventas locales gracias a las subvenciones gubernamentales. Por otro lado, una menor producción europea de coches eléctricos ha contribuido también al aumento del dominio chino.
En resumen, la carrera por el dominio del mercado de coches eléctricos está lejos de terminar, y el liderazgo de China representa un desafío significativo para Europa.
Fuente: Xataka