¿Sufres de dolores intensos y piensas que doblar la dosis de ibuprofeno es la solución? Piénsalo dos veces. Partir un comprimido de 400mg para obtener 600mg puede parecer una solución sencilla, pero un experto farmacéutico desmiente esta práctica, revelando un riesgo oculto.

La trampa de la dosis doble

La idea de simplemente partir una pastilla para duplicar la dosis es incorrecta. El principio activo del ibuprofeno no se distribuye uniformemente en el comprimido. Se mezcla con excipientes, que no se reparten equitativamente, por lo que una mitad podría contener más principio activo que la otra. Es una lotería.

Más allá de la dosis: la protección del estómago

Muchos comprimidos tienen una capa protectora para evitar irritaciones estomacales. Al partirlo, se elimina esta capa, aumentando el riesgo de efectos secundarios gastrointestinales.

La ingeniería de un comprimido

Un comprimido no es solo el principio activo. Contiene diluyentes para el volumen, aglutinantes para la cohesión, desintegrantes para su disolución y lubricantes para la fabricación. Estos componentes influyen en la distribución y liberación del fármaco.

El mito de la ranura

La ranura en algunos comprimidos no es solo estética. Indica que el fabricante ha probado la uniformidad de la dosis en ambas mitades. Si no hay ranura, partirlo implica una dosis imprecisa y potencialmente peligrosa.

¿Ibuprofeno de 400mg vs 600mg?

Aumentar la dosis no siempre implica mayor alivio. En muchos casos, la diferencia entre 400mg y 600mg es mínima, mientras que los riesgos de efectos secundarios aumentan significativamente. Siempre consulta a un médico.

Efectos secundarios: un riesgo real

El consumo de ibuprofeno en dosis elevadas puede provocar problemas cardiovasculares, gastrointestinales, renales y hepáticos. Es fundamental seguir las indicaciones médicas y las dosis recomendadas.

Conclusión

No te arriesgues. Antes de aumentar la dosis de tu medicación, consulta siempre a un profesional. Tu salud es lo primero.

Fuente: Xataka