
Las caídas se han convertido en una de las principales causas de muerte entre los adultos mayores de Estados Unidos. En 2023, más de 41.000 personas mayores de 65 años fallecieron debido a lesiones relacionadas con caídas, triplicando la tasa de mortalidad en tres décadas. El grupo más vulnerable, los mayores de 85 años, muestra un aumento aún más preocupante.
Un problema con múltiples factores
El aumento de muertes no se explica únicamente por el envejecimiento de la población. Estudios apuntan a la alta medicalización de los adultos mayores en Estados Unidos como un factor clave. Se ha observado una correlación entre el consumo de ciertos medicamentos, denominados "FRIDs" (fall risk increasing drugs), y un mayor riesgo de caídas. Estos fármacos, que incluyen benzodiacepinas, opioides, antidepresivos y otros, pueden causar somnolencia, mareos y debilidad, incrementando la probabilidad de caídas.
Sin embargo, otros expertos matizan esta visión, señalando que la mejora en el registro de muertes en los certificados de defunción podría estar inflando las estadísticas. También destacan que la medicina moderna permite una mayor supervivencia de personas con enfermedades crónicas y discapacidades, lo que aumenta la fragilidad en la población mayor de 85 años.
La importancia de la "desprescripción"
Ante esta situación, se promueve la "desprescripción", que consiste en revisar y reducir la medicación innecesaria o ajustar dosis para minimizar los riesgos. Se busca equilibrar la prolongación de la vida con una mayor calidad y seguridad en esos años adicionales. Se recomienda explorar alternativas no farmacológicas como la terapia cognitivo-conductual, fisioterapia y ejercicio.
Alternativas para la prevención
Un estudio de la Universidad de Tohoku ha demostrado la eficacia del "Rei-ho", una práctica japonesa tradicional de movimientos lentos y controlados, para mejorar la fuerza de las rodillas y reducir el riesgo de caídas. Este método accesible y seguro se presenta como una opción complementaria para combatir la pérdida de masa muscular relacionada con la edad.
En conclusión, el aumento de muertes por caídas en ancianos en Estados Unidos refleja la necesidad de un cambio en el modelo de atención, priorizando la revisión de la medicación y promoviendo estrategias no farmacológicas para prevenir caídas y mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
Fuente: Xataka