Un nuevo año, un nuevo sabotaje

El 2025 ha comenzado con un nuevo incidente que ha generado preocupación a nivel global: el corte de un cable submarino cerca de Taiwán. El suceso, que recuerda a los sabotajes ocurridos en el Báltico en 2024, ha desatado sospechas sobre la implicación de China, encendiendo las tensiones en la región.

El incidente y las sospechas

Taiwán investiga si un barco con vínculos con China dañó el cable submarino Trans-Pacific Express, crucial para las comunicaciones de la isla con Corea del Sur, Japón, China y Estados Unidos. Aunque las comunicaciones se restablecieron rápidamente, el daño al cable, valorado en 500 millones de dólares, resalta la vulnerabilidad de la infraestructura crítica de Taiwán ante posibles actos de sabotaje.

El barco sospechoso

Un barco con tripulación china, registrado bajo banderas de conveniencia de Camerún y Tanzania pero propiedad de una empresa de Hong Kong con lazos con China, fue interceptado por la Guardia Costera taiwanesa cerca de Keelung. El barco usaba sistemas de identificación automática falsos, un patrón consistente con la estrategia china de "acoso en zona gris". Debido al mal tiempo, la Guardia Costera no pudo abordar el buque y el caso ha sido remitido a la fiscalía local.

Preocupación en la "zona gris"

Expertos señalan que este incidente forma parte de un patrón global de sabotajes a cables submarinos, una estrategia empleada por China para presionar a Taiwán sin escalar a un conflicto abierto. La dependencia de Taiwán de sus cables submarinos para la conectividad con el mundo lo convierte en un punto débil estratégico.

Interrupciones y contramedidas

Desde 2017, Taiwán ha sufrido numerosas interrupciones en sus cables submarinos, lo que destaca la necesidad de fortalecer su infraestructura de comunicación. Como medida preventiva, Taiwán está desarrollando una red de satélites de órbita baja para asegurar la conectividad en caso de fallos en los cables, reduciendo así su dependencia de proveedores externos.

Conclusión

El incidente en Taiwán genera una gran preocupación por la seguridad de la infraestructura crítica y por las crecientes tensiones entre China y Taiwán. La respuesta de Taiwán ante estos ataques resulta clave para proteger su soberanía y mantener la estabilidad regional.

Fuente: Xataka