Un descubrimiento sorprendente ha sacudido al mundo científico: los restos excepcionalmente bien conservados de una cría de mamut de 50,000 años de antigüedad han sido encontrados en Siberia, específicamente en el cráter de Batagay, apodado "la puerta al infierno".

Un Hallazgo Sorprendente

Bautizada como Yana, la cría de mamut hembra murió con poco más de un año de edad. A pesar de su corta vida, sus restos son impresionantes: 120 centímetros de longitud, 200 centímetros de altura y un peso de al menos 100 kilogramos. La excelente conservación de Yana, encontrada en el permafrost siberiano, ha asombrado a los científicos.

El Cráter de Batagay: "La Puerta al Infierno"

El cráter de Batagay, una formación geológica en constante crecimiento debido al deshielo del permafrost, ha revelado este tesoro prehistórico. Este deshielo, consecuencia del cambio climático, está creando un cráter cada vez más grande, exponiendo restos antiguos que permanecieron congelados durante milenios.

El Pasado y el Futuro de los Mamuts

Este descubrimiento sigue a otros hallazgos recientes de mamuts bebé en buen estado de conservación, en diferentes regiones árticas. Estos hallazgos, junto con los avances en la clonación y la ingeniería genética, están impulsando proyectos ambiciosos que buscan la resurrección de esta especie extinta. Una de las empresas más destacadas en este campo es Colossal, que está intentando resucitar al mamut utilizando genes de elefantes contemporáneos.

Importancia Científica

El excepcional estado de conservación de Yana ofrece una oportunidad única para el estudio de su ADN y para obtener valiosa información sobre la genética y la biología de los mamuts. A pesar del daño que el tiempo puede causar al ADN, el estudio de restos como el de Yana promete arrojar luz sobre estos fascinantes animales prehistóricos.

El Permafrost: Una Ventana al Pasado

El permafrost siberiano continúa revelando secretos del pasado, proporcionando una ventana a la prehistoria. El deshielo, aunque preocupante desde el punto de vista climático, ofrece a los científicos la posibilidad de estudiar ecosistemas antiguos y las especies que los habitaron. Con cada nuevo hallazgo, aumenta nuestra comprensión de las épocas pasadas y la riqueza biológica que albergaba nuestro planeta.

Fuente: Xataka