La decisión de Biden
A pocos días de la toma de posesión de Donald Trump como 47º presidente de Estados Unidos, Joe Biden tomó una medida drástica: prohibir las perforaciones petroleras en alta mar en amplias zonas de la costa atlántica, el Golfo de México, el Pacífico y el mar de Bering. Esta decisión protege más de 253 millones de hectáreas de aguas, una medida que Biden justificó como crucial para la protección del medio ambiente. La Casa Blanca argumentó que la prohibición se basa en la Ley de Tierras de la Plataforma Continental Exterior de 1953, que otorga al gobierno federal la autoridad sobre la explotación de recursos marinos.
La respuesta de Trump
La respuesta de Trump no se hizo esperar. El entonces presidente electo prometió desmantelar inmediatamente la prohibición de Biden una vez asumiera el cargo, calificando la medida como "venganza política". Su secretaria de prensa entrante, Karolina Leavitt, señaló la decisión como "vergonzosa" y aseguró que aumentarían la perforación para reducir el precio del gas. Trump ha demostrado en el pasado su intención de expandir la explotación de combustibles fósiles.
Antecedentes y contexto
Esta no es la primera vez que un presidente estadounidense utiliza su poder ejecutivo para restringir o permitir las perforaciones en alta mar. Presidentes anteriores han recurrido a esta ley para proteger ecosistemas marinos sensibles. Incluso Trump, durante su primer mandato, intentó revocar una orden similar de Obama, pero su intento fue rechazado por la justicia. Curiosamente, Trump más tarde aprovechó la misma ley para ampliar la prohibición de perforaciones en ciertas áreas, mostrando la complejidad y la capacidad de manipulación de esta legislación.
Impacto e implicaciones
La medida de Biden ha sido celebrada por grupos ambientalistas, quienes la ven como una victoria para la protección del medio ambiente y la mitigación del cambio climático. Por otro lado, la industria petrolera ha criticado duramente la decisión, argumentando que afectará negativamente a su futuro. Expertos en energía, sin embargo, han matizado el impacto económico, señalando que los proyectos en alta mar toman años en desarrollarse, por lo que el efecto a corto plazo en el suministro estadounidense será limitado.
Panorama internacional
La decisión de Biden se produce en un contexto internacional complejo. Trump, incluso antes de asumir el cargo, ya había amenazado a la Unión Europea con aranceles si no incrementaban las compras de petróleo estadounidense. Este escenario genera una tensión adicional en el equilibrio entre la seguridad energética y los compromisos ambientales a nivel global.
La disputa entre Biden y Trump sobre las perforaciones petroleras en aguas estadounidenses refleja una lucha más profunda sobre la política energética del país y su papel en la crisis climática.