Una decisión estratégica en tiempos de tensión

Ante la creciente tensión geopolítica, Rusia ha tomado una decisión audaz: desterrar completamente el hardware occidental de sus infraestructuras críticas, incluyendo las centrales nucleares. A partir del 1 de enero de 2030, ninguna planta nuclear rusa podrá utilizar componentes o software extranjero. Esta medida refleja la profunda desconfianza del gobierno ruso hacia Occidente y su deseo de asegurar la independencia tecnológica en sectores estratégicos.

Elbrus: la alternativa rusa a Raspberry Pi

Para reemplazar el hardware extranjero, Rusia ha optado por su propio controlador lógico programable, el Elbrus. Derivado del procesador MCST Elbrus-2S3, este dispositivo ha sido certificado para su uso en infraestructuras críticas, encargándose del control automatizado de procesos. Aunque ya se está probando en algunas plantas nucleares e instalaciones de gas y petróleo, sus especificaciones indican una potencia moderada, posiblemente una solución temporal hasta que Rusia pueda desarrollar hardware más avanzado.

Especificaciones y limitaciones del Elbrus-2S3

El SoC Elbrus-2S3 cuenta con dos núcleos de propósito general, una frecuencia de reloj de 2 GHz, compatibilidad con hasta 8 GB de memoria DDR4-3200, y enlaces PCI Express 3.0. Estas especificaciones demuestran que se trata de un hardware con capacidades limitadas, insuficiente para cargas de trabajo muy exigentes. Para tareas más complejas, Rusia probablemente seguirá dependiendo del hardware extranjero, al cual aún tiene acceso a través de mercados secundarios.

El desafío de la fabricación de semiconductores

La dependencia pasada de TSMC, una empresa taiwanesa, para la fabricación de los chips Elbrus, se ha visto truncada por las sanciones internacionales. Si bien Rusia ha anunciado avances en su propia producción de fotolitografía de ultravioleta extremo, con el objetivo de fabricar chips de 7 nm en 2028, el camino hacia la autosuficiencia en semiconductores sigue siendo un desafío considerable. El desarrollo interno de tecnología de fabricación de chips avanzada representa una inversión y un esfuerzo tecnológico significativos.

Una apuesta por la independencia tecnológica

La decisión de Rusia de reemplazar el hardware occidental en sus centrales nucleares es una apuesta audaz por la independencia tecnológica. Aunque las limitaciones del hardware actual son evidentes, el proyecto refleja la ambición del país de desarrollar su propia industria de semiconductores y asegurar el control sobre sus infraestructuras críticas en un contexto geopolítico complejo. El tiempo dirá si esta estrategia a largo plazo resultará exitosa.

Fuente: Xataka