Una impactante estrategia sobrevuela al nuevo equipo de Donald Trump: la destrucción de las fábricas de TSMC en Taiwán en caso de una invasión china. TSMC, el mayor fabricante de chips del mundo, con aproximadamente el 60% de la cuota de mercado, se encuentra en el centro de esta peligrosa situación geopolítica.

La dependencia estadounidense de TSMC

Estados Unidos depende en gran medida de TSMC para sus chips de vanguardia, importando alrededor del 92%. Esta dependencia hace que la posibilidad de que las fábricas de TSMC caigan en manos chinas sea una amenaza significativa para la seguridad nacional estadounidense.

El papel de Elbridge Colby

Elbridge Colby, una figura clave en el círculo de Trump y futuro Subsecretario de Defensa para Políticas, ha expresado públicamente su postura beligerante. Colby ha declarado que "Deshabilitar o destruir TSMC es lo mínimo que debemos hacer si China toma Taiwán", argumentando que sería una locura permitir que la principal empresa de semiconductores del mundo caiga en manos chinas.

La tecnología de vanguardia de TSMC

TSMC posee las tecnologías de integración más avanzadas del mundo, fabricando chips para gigantes tecnológicos como NVIDIA, AMD, Apple, Qualcomm e Intel. Sus plantas más avanzadas se encuentran en Taiwán, lo que las convierte en un objetivo estratégico crucial en cualquier conflicto.

Las implicaciones geopolíticas

La postura de Colby refleja la creciente tensión entre Estados Unidos y China en el ámbito tecnológico. La amenaza de destruir las fábricas de TSMC, aunque extrema, resalta la importancia de Taiwán en la cadena de suministro global de semiconductores y la determinación de Estados Unidos de evitar que esta tecnología caiga en manos de su rival.

El futuro incierto

El debate sobre la mejor forma de abordar el desafío de la seguridad de TSMC y la amenaza de una invasión china continúa. Las consecuencias de cualquier acción, incluyendo la destrucción de las fábricas, serían globales y de gran alcance.

Fuente: Xataka