La industria automotriz europea enfrenta una profunda transformación, y España no es ajena a esta realidad. Con la transición hacia los vehículos eléctricos, el país se debate entre la oportunidad de convertirse en un hub de fabricación y el riesgo de perder empleos en un sector que representa el 8% del PIB y emplea a más de 600.000 personas.
El Auge de los Vehículos Eléctricos y las Gigafactorías
La llegada de Stellantis y CATL a Zaragoza con una gigafactoría de baterías, la mayor de España, y la inversión de Volkswagen en Sagunto marcan un hito. Estas plantas, enfocadas en la producción de baterías para coches eléctricos pequeños, apuntan a un futuro prometedor. Stellantis prevé una producción de 50 GWh, superando los 40 GWh de la planta de Volkswagen.
Estas inversiones garantizan el suministro a las plantas de ensamblaje de vehículos eléctricos de menor tamaño, como la planta de Figueruelas de Stellantis y la posible reconversión de Martorell de Seat para ensamblar modelos eléctricos más pequeños. Esto representa un importante espaldarazo a la reconversión del sector.
Desafíos y Oportunidades: El Impacto del Cambio
La transición a los vehículos eléctricos plantea desafíos significativos. Se espera una reducción de la plantilla, dado que la producción de coches eléctricos requiere menos mano de obra que la de vehículos de combustión. La industria española, tradicionalmente centrada en la fabricación y menos en la ingeniería, necesita adaptarse a este nuevo panorama. Se habla de posibles pérdidas de empleo, con estimaciones que van de los 8.000 empleos a corto plazo hasta los 29.000 para 2030 si no se toman medidas adecuadas.
Sin embargo, España también cuenta con ventajas: una mano de obra más competitiva que en otros países europeos como Alemania o Francia, un precio de energía relativamente bajo y una ubicación estratégica para la distribución en Europa. La experiencia acumulada durante décadas en la producción de automóviles es otra ventaja significativa frente a países con mano de obra más barata pero sin la misma experiencia.
El Futuro de la Industria Automotriz Española
El camino hacia la electrificación será complejo y doloroso, con una probable reducción de empleo. Pero las inversiones de grandes actores como Stellantis y Volkswagen, junto con el interés (aunque actualmente pausado) de compañías chinas, ofrecen un rayo de esperanza. España se posiciona para la producción de vehículos eléctricos de bajo costo, una demanda creciente en Europa. La competencia con países como Marruecos, Turquía e India será feroz, pero la experiencia, la ubicación geográfica y el menor costo de la mano de obra en comparación con otros países europeos podrían ser factores decisivos en el éxito de la reconversión.
En definitiva, la industria española se encuentra en un punto de inflexión, con el desafío de navegar un mar de cambios y aprovechar las oportunidades para asegurar su futuro en la era de los vehículos eléctricos.
Fuente: Xataka