El cambio climático es una realidad, y la búsqueda de soluciones innovadoras para combatirlo atrae cada vez más inversión. Bill Gates, Jeff Bezos y otras grandes fortunas han puesto sus ojos en un nuevo mercado con un potencial enorme: la captura de dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera.
Un mercado en auge
Se estima que el negocio de la captura de CO2 alcanzará un valor de mercado de 1,2 billones de dólares para 2050. Esta proyección ha impulsado a inversores a financiar startups que desarrollan tecnologías para hacer este proceso más eficiente y rentable.
Capturando CO2: ¿cómo funciona?
Una de las empresas que está liderando este campo es Deep Sky, que ha recibido una inyección de capital de 40 millones de dólares. Su método se basa en la Captura Directa de Aire (DAC), utilizando grandes ventiladores y extractores para aspirar el aire, filtrarlo y separar el CO2 mediante compuestos químicos. Este CO2 capturado puede ser almacenado bajo tierra o utilizado en aplicaciones industriales, como la creación de materiales de construcción.
Dudas y escepticismo
A pesar del optimismo de los inversores, algunos ambientalistas expresan su escepticismo sobre el impacto real de esta tecnología a gran escala. Señalan que la DAC aún no está probada tecnológica ni económicamente a un nivel masivo, y que existen riesgos ambientales y sociales desconocidos. Además, se destaca la necesidad urgente de reducir drásticamente las emisiones de combustibles fósiles, no solo enfocarse en la captura posterior.
El problema de los créditos de carbono
Existe una creciente preocupación por el uso de créditos de carbono como una forma de compensar las emisiones, en lugar de reducirlas. Muchas empresas utilizan esta práctica, incluso incrementando sus emisiones mientras pagan por compensarlas. El sector de los jets privados es un buen ejemplo de esto, ya que a pesar de ser altamente contaminante, su uso ha aumentado considerablemente, confiando en la compra de créditos de carbono para mitigar su impacto.
El futuro de la captura de CO2
Mientras las inversiones en la captura de CO2 aumentan, es fundamental recordar que esta tecnología no debe ser vista como una solución única al cambio climático. La reducción inmediata y drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero sigue siendo la prioridad absoluta. La captura de CO2 puede ser parte de la solución, pero no debe ser utilizada como excusa para seguir con prácticas insostenibles.
Fuente: Xataka