Tesla ha sido noticia recientemente por dos motivos: por anunciar su intención de lanzar robotaxis en 2026 y por ser objeto de una investigación por parte de la NHTSA tras varios accidentes, uno de ellos mortal, relacionados con su sistema de conducción semiautónoma Full Self Driving (FSD).

Elon Musk, CEO de Tesla, asegura que espera tener el visto bueno de los reguladores para sus robotaxis antes de que finalice 2026. Sin embargo, la promesa choca con la realidad, puesto que incluso empresas como Cruise y Waymo, pioneras en conducción autónoma, llevan años trabajando en sus sistemas y aún no han logrado un despliegue masivo.

Las leyes estadounidenses, por su parte, limitan a 2.500 el número de robotaxis que Tesla podría poner en las calles, incluso con la autorización necesaria. Estas restricciones se suman a las dudas que existen sobre la capacidad de Tesla para producir robotaxis a gran escala, ya que la compañía ha priorizado el desarrollo de software para sistemas automatizados, dejando a un lado la producción de coches convencionales.

La NHTSA está investigando el sistema FSD de Tesla después de que se registraran cuatro accidentes, incluido uno fatal con un peatón. Todos los accidentes tienen en común la baja visibilidad, ya sea por niebla, polvo en suspensión o deslumbramiento del vehículo. La investigación se centra en determinar si el sistema FSD tuvo un papel en los accidentes y si Tesla ha tomado las medidas adecuadas para asegurar la seguridad de sus sistemas.

Este nuevo caso se suma a la serie de problemas que ha tenido Tesla con su sistema FSD. A principios de 2024, la compañía tuvo que actualizar el software de dos millones de vehículos para mejorar la seguridad del sistema tras ser acusado de problemas en la detección de peatones y otros obstáculos.

En un panorama donde empresas como Mercedes y Ford ya están ofreciendo sistemas de conducción autónoma en determinadas zonas, la promesa de Tesla parece cada vez más difícil de cumplir. La conducción autónoma total sigue siendo una aspiración a largo plazo, y las investigaciones sobre Tesla y otros accidentes relacionados con sistemas de asistencia a la conducción ponen de manifiesto los desafíos que aún existen en este campo.

Fuente: Xataka