El Mediterráneo, con su abundante sol, parecía el lugar ideal para la energía solar. Sin embargo, un nuevo estudio revela una amenaza inesperada: las tormentas de polvo del Sáhara. Estas tormentas, intensificadas por el cambio climático, pueden reducir la producción de energía solar hasta en un 50%, según investigaciones recientes realizadas en Portugal, España, Francia, Italia y Grecia.

El impacto del polvo sahariano

El estudio analizó datos de 2019 a 2023, utilizando información de la red europea de operadores de sistemas de transporte, la NASA, y observaciones satelitales. Los resultados muestran una significativa alteración de la irradiancia solar, afectando directamente la eficiencia de los paneles solares. Además, se identificó una falla en las previsiones fotovoltaicas, subestimando las pérdidas de energía en España y Portugal, y sobreestimándolas en Italia y Grecia.

El cambio climático: un factor agravante

El cambio climático está exacerbando el problema. España, en particular, ha experimentado un aumento de temperatura de 3.27ºC en los últimos 50 años, más del doble de la media mediterránea. Este calentamiento, junto con la disminución de las precipitaciones y el avance de la desertificación, incrementará la frecuencia e intensidad de las tormentas de polvo, amenazando aún más la producción de energía solar.

Buscando soluciones innovadoras

El calor también afecta la eficiencia de los paneles solares convencionales. Sin embargo, nuevas tecnologías, como las celdas de flujo fotoelectroquímicas (PEC), ofrecen una solución prometedora. Estas celdas no solo resisten el calor, sino que lo aprovechan, alcanzando su máxima eficiencia a 45ºC. Además, sistemas de refrigeración pasiva, como los desarrollados por Coolsheet, enfrían los paneles mientras calientan agua para uso doméstico o industrial, mejorando significativamente su rendimiento.

El futuro de la energía solar en el Mediterráneo

El desafío reside en integrar modelos de predicción más precisos para los efectos del polvo, mejorar la monitorización en tiempo real y desarrollar tecnologías que conviertan las condiciones climáticas extremas en ventajas. El futuro de la energía solar en el Mediterráneo dependerá de la adaptación a este clima cambiante, mediante la investigación, la innovación y una planificación política adecuada.

Fuente: Xataka