Un invento resucitado

Dos estudiantes de la Universidad de Texas A&M han logrado desarrollar un robot esférico, llamado RoboBall, que es incapaz de volcarse. Este ingenioso diseño, basado en un concepto archivado por la NASA hace décadas, se caracteriza por su estructura blanda y un sistema de péndulo interno que le permite moverse con eficiencia en diversos terrenos.

El secreto de RoboBall

La clave de su estabilidad reside en su carcasa, construida con materiales similares a los de un airbag, y un sistema de propulsión interno compuesto por un péndulo y motores. Al oscilar el péndulo, se transfiere impulso a la esfera, permitiendo el movimiento en la dirección deseada. Esta ingeniosa solución permite que RoboBall se desplace sobre hierba, grava, arena e incluso agua, alcanzando velocidades de hasta 32 km/h.

Dos prototipos, diferentes aplicaciones

El equipo ha creado dos prototipos: RoboBall II, una versión de laboratorio de 61 centímetros de diámetro, y RoboBall III, una versión comercial de 183 centímetros de diámetro. Este último está diseñado para llevar cargas útiles como sensores, cámaras y herramientas de muestreo.

Desafíos y futuro

El desarrollo de RoboBall ha presentado retos significativos, especialmente la reparación de los prototipos debido a la dificultad de acceso a sus componentes internos. El equipo ha expresado su esperanza de que RoboBall pueda desplegarse en misiones lunares para explorar cráteres, y también en misiones terrestres de búsqueda y rescate en situaciones de emergencia.

Aplicaciones terrestres

Más allá del espacio, el potencial de RoboBall se extiende al ámbito terrestre, en especial para operaciones de búsqueda y rescate. Se visualiza su uso en desastres naturales, como huracanes, para el mapeo de zonas inundadas y la búsqueda de supervivientes, minimizando el riesgo para los equipos de rescate.

Fuente: Xataka