Ceuta ha dado un salto gigantesco en su infraestructura energética. Tras décadas de aislamiento, la ciudad autónoma se ha conectado al sistema eléctrico peninsular a través de un innovador cable submarino de 58 kilómetros.

Un hito tecnológico

El cable, instalado por el buque cablero Giulio Verne, representa un logro técnico de gran envergadura. Su colocación, que incluyó maniobras a casi 900 metros de profundidad, se realizó con medidas para proteger la biodiversidad marina del Estrecho de Gibraltar.

Adiós a la dependencia de combustibles fósiles

Hasta ahora, Ceuta dependía en gran medida del diésel y las turbinas de gas para cubrir sus necesidades energéticas. Esto conllevaba altos costes, una significativa huella de carbono, y una considerable dependencia de combustibles fósiles. La interconexión permitirá a Ceuta cubrir hasta el 87% de su demanda eléctrica con energías renovables, reduciendo las emisiones de CO₂ en aproximadamente 300.000 toneladas al año y generando un ahorro de alrededor de 30 millones de euros anuales.

Un desafío mayor para España

Si bien Ceuta ha solucionado su "problema de isla energética", España aún enfrenta desafíos significativos en su interconexión eléctrica. La baja interconexión con Francia (apenas un 2,8%) pone de manifiesto la necesidad de mejorar la infraestructura interna para optimizar la distribución de energía renovable y reducir el desperdicio. Incluso, dentro de España, hay regiones con exceso de energía renovable durante el día, mientras otras sufren déficit al atardecer.

El futuro de la energía en España

El proyecto de Ceuta demuestra la capacidad técnica de España para llevar a cabo grandes interconexiones. Sin embargo, la transición energética requiere un esfuerzo mayor: reforzar la red interna, mejorar la capacidad de distribución en zonas con alta demanda, incrementar el almacenamiento de energía, y expandir las interconexiones internacionales.

Próximos pasos

Un segundo circuito submarino se instalará durante el otoño. Además, se están completando las obras de una nueva subestación y un parque de transformación para optimizar el suministro eléctrico en la región. Se espera que toda la infraestructura esté operativa antes de finales de año.

El cable de Ceuta representa un paso importante, pero la verdadera prueba reside en la capacidad de España para tejer una red eléctrica nacional e internacional eficiente, que aproveche al máximo las energías renovables y garantice un suministro estable y sostenible para toda la población.

Fuente: Xataka