Revolución energética bajo el mar
El 99% de internet viaja a través de cables submarinos. Ahora, una idea audaz busca replicar este éxito para la transmisión de energía eléctrica a escala global. Se están desarrollando proyectos ambiciosos para interconectar redes eléctricas a través de miles de kilómetros de cables submarinos, aprovechando la energía renovable de fuentes distantes.
Viking Link: El inicio de una nueva era
El Viking Link, un cable de 765 km entre Reino Unido y Dinamarca, es el interconector eléctrico más largo del mundo en funcionamiento. Sin embargo, este es solo el comienzo. Proyectos futuros, algunos con cables de más de 4.000 km, planean conectar países distantes, facilitando el intercambio de energía renovable.
Grandes proyectos en desarrollo
Se están desarrollando diversos proyectos con el objetivo de llevar energía limpia a donde se necesita: un cable de 4.000 km para conectar Canadá con Reino Unido e Irlanda, un enlace entre Marruecos y Europa, y otro de más de 4.300 km para exportar energía solar australiana a Singapur. Estos proyectos plantean la posibilidad de una red eléctrica global que comparta recursos energéticos renovables de forma eficiente.
El precedente de internet: la viabilidad de la transmisión a larga distancia
La experiencia con los cables submarinos de datos demuestra la viabilidad de esta tecnología para la transmisión a larga distancia. Redes como el Southern Cross Cable Network (30.500 km) y el 2Africa (45.000 km) ya conectan continentes. Esta infraestructura global sirve como modelo para la creación de una red eléctrica interconectada.
Desafíos y riesgos
El desarrollo de esta red eléctrica global presenta desafíos significativos. La fabricación de cables, transformadores y estaciones convertidoras no puede satisfacer la demanda actual, aumentando los tiempos de espera. Además, existen riesgos políticos y la amenaza de sabotajes a infraestructuras críticas.
El caso de España
España presenta un desafío particular: a pesar del auge de las energías renovables en zonas rurales, la falta de infraestructura para transportar la energía a las ciudades genera un desequilibrio entre la producción y el consumo. Se necesita mejorar la red eléctrica nacional y reforzar la interconexión con otros países para superar las limitaciones.
Un futuro con autopistas eléctricas
Estas nuevas "autopistas eléctricas" no solo representan una innovación tecnológica, sino que también tendrán un gran impacto en la geopolítica global. La interconexión de redes eléctricas a través de cables submarinos puede definir nuevas alianzas y dependencias, estableciendo un nuevo orden en la producción y distribución de energía. El acceso a energía limpia, independientemente de la ubicación geográfica, se convierte en una realidad cada vez más cercana.