China ha impuesto aranceles a las exportaciones europeas de carne porcina, llegando hasta un 62,4%, como parte de una investigación antidumping. Esta medida, vista como una represalia a las tasas impuestas por la UE a los coches eléctricos chinos, abre una oportunidad inesperada para Rusia.

El impacto en la UE

La decisión de Pekín afecta duramente al sector porcino europeo, especialmente a España, aunque la patronal española asegura que el impacto para sus empresas será menor, alrededor del 20%. En el primer trimestre de 2025, la UE exportó más de 1,1 millones de toneladas de carne porcina a países fuera del bloque, con China como uno de los principales destinos.

La estrategia de Rusia

Rusia, que busca incrementar su presencia en el mercado asiático, ve con optimismo la situación. Tras levantar las restricciones sanitarias en 2024, Rusia ha ido incrementando sus exportaciones de carne porcina a China, llegando a 12,4 millones de dólares en julio, un aumento del 22% respecto a junio. El Kremlin espera que Pekín amplíe el número de empresas rusas autorizadas a exportar.

¿Una oportunidad para Moscú?

Expertos del sector coinciden en que las tensiones comerciales entre China y la UE representan una oportunidad para Rusia. Se estima que Rusia podría cubrir la demanda de carne porcina que antes satisfacía la UE, llegando a exportar un millón de toneladas o más al año en tres años.

El contexto de la disputa

La investigación antidumping de China se centra en las importaciones de carne de cerdo de la UE, alegando competencia desleal. Las tasas provisionales ya impuestas van desde el 15,6% hasta el 62,4%, dependiendo de la colaboración de la empresa con las autoridades chinas.

Implicaciones a largo plazo

El mercado porcino chino es gigantesco, representando miles de millones de dólares en importaciones anuales. La UE, y especialmente España, tienen un papel importante en este mercado, pero la estrategia de Rusia busca cambiar este panorama. El desarrollo de esta situación tendrá repercusiones significativas para los tres actores involucrados: la UE, China y Rusia.

Fuente: Xataka