El envejecimiento trae consigo una disminución progresiva de la capacidad física, dificultando actividades cotidianas. Sin embargo, la ciencia busca ralentizar este declive, y un descubrimiento reciente apunta a un tipo especial de grasa como clave.

La grasa parda: un aliado contra el envejecimiento

Investigaciones revelan que la grasa parda, también conocida como tejido adiposo marrón, podría ser la clave para un envejecimiento más saludable y un mejor rendimiento físico. A diferencia de la grasa blanca, que almacena energía, la grasa parda la quema para generar calor, un proceso llamado termogénesis. Esta capacidad se debe a la gran cantidad de mitocondrias en sus células, lo que le da su característico color marrón.

Un estudio realizado en ratones modificados genéticamente para carecer de la proteína RGS14 mostró resultados sorprendentes. Estos ratones, con mayor cantidad de grasa parda, vivieron aproximadamente un 20% más y mostraron un aumento del 30% en su rendimiento físico.

El secreto de la “supergrasa” parda

El trasplante de la grasa parda de estos ratones a ratones normales mejoró significativamente su capacidad de ejercicio en pocos días. Esto indica que la grasa parda de los ratones modificados es excepcionalmente potente en sus efectos.

El mecanismo detrás de estos beneficios parece estar relacionado con una mejora en la circulación sanguínea. La grasa parda promueve la creación de nuevos vasos sanguíneos en los músculos, lo que mejora el flujo de sangre y oxígeno durante el ejercicio.

Más que rendimiento físico: protección contra enfermedades

Los investigadores sugieren que esta grasa parda no solo mejora el rendimiento físico, sino que también protege contra enfermedades relacionadas con la edad, como la obesidad, la diabetes, problemas cardiovasculares, cáncer y alzhéimer.

Los científicos trabajan en el desarrollo de un fármaco que imite los efectos de esta grasa parda, con la esperanza de tener un compuesto listo para pruebas en humanos en un año. El objetivo es no solo aumentar la esperanza de vida, sino también la esperanza de vida saludable.

Mientras tanto, la exposición al frío, como los baños de hielo, puede aumentar naturalmente los niveles de grasa parda. Sin embargo, la mayoría de la gente preferiría una pastilla a un baño helado.

Fuente: Xataka