
En 2019, Microsoft realizó una inversión multimillonaria en OpenAI, impulsada por el potencial de GPT-2. Esta decisión, motivada por el temor de quedarse rezagada en la carrera de la IA, parecía una alianza perfecta: OpenAI obtenía recursos para desarrollar sus modelos, mientras Microsoft aseguraba el acceso prioritario a tecnologías punteras.
El auge de ChatGPT y la inversión masiva
El lanzamiento de ChatGPT en 2022 revolucionó el mercado de la IA, convirtiéndose en la plataforma de más rápido crecimiento en la historia de internet. Microsoft, ante este éxito, incrementó considerablemente su inversión en OpenAI, alcanzando una cifra estimada en 10.000 millones de dólares.
Una relación que se desmorona
Sin embargo, la relación entre ambas compañías comenzó a deteriorarse. OpenAI demandaba más recursos y mejores condiciones, mientras que Microsoft, cada vez más dependiente de OpenAI, buscaba alternativas para diversificar su cartera de IA. Este cambio de dinámica llevó a OpenAI a explorar nuevas fuentes de financiación, culminando en una ronda de financiación de 40.000 millones de dólares en 2025.
Microsoft busca la independencia
Ante la creciente dependencia, Microsoft creó su propia división de IA, liderada por Mustafa Suleyman, con el objetivo de desarrollar sus propios modelos fundacionales e independizarse de OpenAI. Si bien Microsoft ha integrado Copilot en sus productos, sus propios modelos, Phi-3 y Phi-4, no han logrado el mismo impacto que ChatGPT o Claude.
El panorama actual: OpenAI triunfa, Microsoft se cuestiona
Mientras OpenAI sigue creciendo y acumulando usuarios e ingresos, Microsoft enfrenta un escenario más complejo. A pesar de su masiva infraestructura en la nube (Azure), la compañía se encuentra rezagada respecto a competidores como Google, Anthropic, Meta y xAI, empresas que están avanzando con sus propios modelos de IA.
¿Una estrategia fallida?
Aunque la situación parece desfavorable para Microsoft, la inversión inicial en OpenAI evitó riesgos en las primeras etapas del desarrollo de la IA. La compañía dispone de una infraestructura en la nube robusta, lo que podría garantizar ingresos continuos, incluso sin modelos propios de IA a la vanguardia. El tiempo dirá si la estrategia de Microsoft fue finalmente acertada o un error costoso.
Fuente: Xataka