
El presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, ha lanzado un ultimátum a las empresas fabricantes de automóviles que operan en el país: el tiempo de los ensamblajes superficiales ha terminado. Su contundente mensaje: "El tiempo del inflado de neumáticos ha terminado".
Un cambio radical en la industria automotriz de Argelia
Durante años, fabricantes como Renault se han limitado a ensamblar kits importados en Argelia, un modelo que no ha generado una verdadera cadena de suministro local, empleo cualificado ni transferencia tecnológica. Esta situación ha cambiado. Tebboune exige una integración local mínima del 40%, obligando a las empresas a establecer procesos de soldadura, estampación y electrónica en el país, así como a desarrollar una red de proveedores locales.
Renault en la cuerda floja
El caso de Renault es especialmente significativo. A pesar de haber controlado hasta un 25% del mercado argelino, su integración local nunca superó el 5%. Su planta en Orán, inaugurada en 2014, apenas produjo 2.500 unidades en 2023 antes de paralizarse. La reactivación de la planta depende ahora del cumplimiento de las nuevas exigencias del gobierno argelino.
Stellantis toma la delantera
Mientras Renault se enfrenta a un dilema crucial, otros fabricantes parecen dispuestos a adaptarse. Stellantis, por ejemplo, ha anunciado que comenzará su producción en Argelia en 2026 con un nivel de integración del 35%, colocándose en una posición ventajosa frente a Renault.
Estrategia política y económica
Las medidas de Tebboune forman parte de una estrategia más amplia para diversificar la economía argelina, reducir la dependencia de las importaciones y fortalecer su soberanía industrial. El gobierno ha registrado más de 13.000 proyectos de inversión a nivel nacional, y el 80% de los objetivos en este ámbito ya están en marcha. El mensaje es claro: o se fabrican coches de verdad en Argelia, o las empresas perderán un mercado que hasta ahora parecía asegurado.
Fuente: Motorpasión