La incertidumbre rodea al sector del aceite de oliva. Tras una cosecha modesta el año pasado, las expectativas de una cosecha histórica se desvanecen. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) ha rebajado sus previsiones, apuntando a una producción de entre 1,2 y 1,4 millones de toneladas para la próxima campaña.
Previsiones a la baja
Esta cantidad se asemeja a la cosecha del año pasado, en el mejor de los casos. La UPA, tras reunir a representantes del sector de todas las comunidades autónomas, ha expresado su preocupación por la situación actual.
Situación por Comunidades Autónomas
Andalucía, la principal productora, podría obtener entre 950.000 y 1.150.000 toneladas. Castilla-La Mancha se estima alrededor de 125.000 toneladas, Extremadura en 80.000, y el resto de las comunidades autónomas aportarían unas 12.000 toneladas.
Factores que influyen en la cosecha
Varios factores contribuyen a esta situación. El calor extremo a finales de mayo afectó la floración del olivo. A esto se suman plagas como la del prays (Prays oleae) y el algodoncillo (Euphyllura olivina), junto con la vecería del olivar, que reduce el rendimiento en años consecutivos.
La espera hasta septiembre
Todavía es pronto para determinar con exactitud el resultado final, ya que la maduración del fruto se da entre julio y septiembre. Las predicciones meteorológicas actuales para agosto y otoño no son alentadoras, anticipando un clima cálido y seco.
Conclusión
El sector espera con incertidumbre el mes de septiembre para evaluar el impacto de estos factores en la cosecha final de aceite de oliva. Las expectativas se han reducido considerablemente, dejando un panorama incierto para los agricultores.
Fuente: Xataka