China ha establecido un nuevo estándar en energía eólica marina con la creación de una turbina flotante colosal de 152 metros de altura. Esta impresionante estructura, capaz de generar hasta 68 millones de kilovatios-hora (kWh) de electricidad limpia al año, supera con creces las capacidades de sus predecesoras.
Resistencia extrema
Diseñada para soportar las inclemencias del mar, la turbina resiste olas de más de 24 metros de altura y vientos de tifón de categoría 17 (velocidades superiores a 200 km/h). Su avanzada tecnología de estabilización y sensores inteligentes garantizan una producción continua, incluso con inclinaciones significativas de la plataforma.
Un salto tecnológico
Este proyecto representa un avance significativo en la tecnología eólica marina, superando incluso a su predecesora, OceanX, en potencia y generación anual de energía. La turbina no solo es grande; es eficiente, con una capacidad de 17 megavatios (MW) y un diámetro de rotor de 262 metros.
Soberanía energética
China ha demostrado su liderazgo en el sector al diseñar y fabricar todos los componentes principales de la turbina dentro de sus fronteras. Esta iniciativa impulsa la soberanía tecnológica y reduce la dependencia de importaciones, un elemento clave en la estrategia energética del país.
Explorando aguas profundas
La turbina flotante permite aprovechar el potencial eólico en aguas profundas, un recurso hasta ahora subutilizado. Estas zonas ofrecen un potencial eólico tres o cuatro veces mayor que las áreas costeras menos profundas.
Impacto global
El desarrollo de esta tecnología, considerando que más del 80% del potencial eólico marino se encuentra en aguas profundas, coloca a China en una posición de liderazgo en la transición energética global. Este proyecto refuerza el compromiso del país con la energía renovable, un objetivo crucial para mitigar la crisis climática.
Más que una turbina
La turbina flotante es más que una simple estructura de ingeniería; es una declaración de intenciones. Representa la ambición tecnológica, la soberanía industrial y la necesidad de un futuro sostenible. China está demostrando que puede aprovechar los recursos naturales para impulsar su crecimiento económico y contribuir a la lucha contra el cambio climático.
Fuente: Xataka