Europa y Estados Unidos han llegado a un acuerdo para evitar una guerra comercial, pero el pacto esconde una compleja realidad energética. El acuerdo incluye un compromiso por parte de Europa de adquirir 250.000 millones de dólares anuales en energía de Estados Unidos.

Un Pacto con Limitaciones

Este acuerdo, anunciado como una victoria diplomática, plantea un serio problema: Estados Unidos simplemente no tiene la capacidad de suministrar esa cantidad de energía. Sus exportaciones energéticas a la UE en 2024 fueron de aproximadamente 65.000 millones de dólares. Para cumplir con el compromiso europeo, tendrían que cuadruplicarse.

Más Política que Logística

La motivación detrás del acuerdo parece ser principalmente política. La UE priorizó evitar una escalada comercial que perjudicara sus exportaciones industriales. El nuevo arancel del 15% sobre las exportaciones europeas, aunque considerable, es una concesión para evitar consecuencias aún peores. A esto se suman 600.000 millones de dólares en inversión directa en Estados Unidos, incluyendo compras de armamento.

Independencia Energética o Dependencia de un Socio Volátil?

La UE argumenta que este acuerdo reduce su dependencia de Rusia. Sin embargo, la nueva dependencia de un socio comercial impredecible como Estados Unidos genera preocupaciones. La capacidad de Estados Unidos para cumplir con las demandas energéticas de Europa es cuestionable, dejando a la UE vulnerable a futuras presiones.

La Transición Ecológica en Riesgo

El acuerdo no incluye compromisos concretos en energías renovables, lo que contrasta con los objetivos ecológicos de la UE. La inversión masiva en combustibles fósiles genera una contradicción con la agenda de transición energética europea, evidenciando una priorización de la geopolítica sobre la coherencia energética.

Una Estrategia a Largo Plazo?

Algunos analistas interpretan el acuerdo como una estrategia para ganar tiempo. La UE podría haber comprado tiempo para evitar represalias inmediatas, mantener a la administración actual satisfecha y preparar un escenario más favorable para futuras negociaciones.

En resumen, el acuerdo entre Europa y Estados Unidos sobre energía plantea más preguntas que respuestas. La capacidad de Estados Unidos para cumplir su parte del acuerdo es dudosa, y las implicaciones para la transición energética de la UE son significativas. El tiempo dirá si este pacto se convertirá en una victoria táctica o en un costoso error estratégico.

Fuente: Xataka