Los embalses, vitales para la gestión del agua, esconden un problema que podría agravar las próximas sequías: la acumulación de sedimentos.

El "ladrón silencioso" de la reserva hídrica

Décadas de acumulación de sedimentos reducen drásticamente la capacidad real de almacenamiento de agua en muchos embalses españoles. Esta situación, a menudo desconocida, convierte los datos oficiales de llenado en simples estimaciones, ya que no reflejan la verdadera cantidad de agua utilizable.

Durante periodos de abundancia hídrica, algunos embalses incluso han tenido que liberar agua debido a su llenado completo, agua que podría haber sido reservada si no fuera por los sedimentos. Este fenómeno ha sido denominado "el ladrón silencioso" de los embalses, pues reduce la cantidad de agua disponible para épocas de sequía.

La difícil solución: convivir o dragar

La acumulación de sedimentos es un proceso natural, prácticamente inevitable en grandes reservorios de agua. Ante este desafío, existen dos alternativas: la convivencia con los sedimentos o el dragado periódico para limpiarlos.

La convivencia implica un monitoreo preciso de la acumulación de sedimentos para ajustar la capacidad real de los embalses y mejorar la gestión del agua. Esto requiere estudios exhaustivos considerando diferentes variables como la forma del embalse, la velocidad del flujo del agua y la composición del lecho fluvial. Técnicas como la batimetría podrían ser cruciales para evaluar la situación sin necesidad de vaciar los embalses.

El desafío del dragado

Por otro lado, el dragado, aunque recupera la capacidad original de los embalses, representa un desafío logístico y económico significativo dada la gran cantidad de embalses en el país. Aún así, se han llevado a cabo operaciones de dragado en algunos embalses, demostrando su viabilidad, aunque con costos elevados (como el caso del embalse del Ebro).

La falta de datos precisos

La información sobre la acumulación de sedimentos en los embalses españoles es limitada y dispersa. Estudios recientes presentan resultados diversos, desde acumulaciones insignificantes hasta pérdidas de capacidad de hasta el 40% dependiendo de la cuenca. Un estudio global estima una pérdida promedio cercana al 5%, pero se necesita más investigación para obtener un panorama completo y preciso.

En conclusión, la acumulación de sedimentos en los embalses es un problema complejo con importantes implicaciones para la gestión del agua en periodos de sequía. Mejorar el conocimiento de este fenómeno a través de estudios más exhaustivos y la búsqueda de soluciones eficientes como el dragado son fundamentales para garantizar la seguridad hídrica en el futuro.

Fuente: Xataka