El mito de las prohibiciones a diésel antiguos
Las redes sociales están inundadas de mensajes sobre inminentes prohibiciones a coches diésel con más de 10 años. La realidad, sin embargo, es mucho más matizada. Si bien la normativa sobre Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) exige restricciones a vehículos contaminantes, la implementación es inconsistente y, en muchos casos, inexistente.
¿Qué dice la DGT sobre la pegatina B?
La Dirección General de Tráfico (DGT) clasifica los vehículos con pegatina B como gasolina Euro 3 y diésel Euro 4 o Euro 5, principalmente matriculados entre 2006 y 2014 para los diésel. Esta clasificación, basada en la antigüedad, ha generado controversia al no considerar las diferencias en las emisiones entre vehículos de igual categoría pero de distintos años.
La realidad de las ZBE en España
Desde 2023, ciudades con más de 50.000 habitantes debían implementar ZBE. Sin embargo, la falta de directrices claras ha resultado en una aplicación heterogénea. Muchas ciudades han optado por restricciones mínimas o inexistentes, mientras que otras presentan excepciones y enfoques diversos.
Situación actual en diferentes ciudades
Ciudades como Madrid y Barcelona presentan restricciones, pero estas son relativamente permisivas, permitiendo el acceso con la condición de estacionar en aparcamientos. Otras como Bilbao, Estepona o Getafe siguen un patrón similar, con restricciones limitadas al estacionamiento obligatorio. San Sebastián, por otro lado, presenta restricciones más estrictas, pero estas no entrarán en vigor hasta 2028.
Conclusión: más ruido que nueces
A pesar de los titulares alarmistas, la implementación de restricciones a coches diésel antiguos en España es mucho menos drástica de lo que se ha difundido. La mayoría de las ciudades, incluso aquellas con ZBE establecidas, presentan restricciones leves, generalmente limitadas al estacionamiento obligatorio. Las restricciones más significativas se prevén para fechas futuras y en algunas ciudades específicas.
Segovia: La excepción que confirma la regla
Segovia es una excepción, con una ZBE pequeña que impone restricciones más fuertes, aunque estas se suavizan fuera de un horario específico. En resumen, hay mucho ruido sobre prohibiciones, pero la realidad es que la aplicación práctica de las mismas es bastante limitada.