La creciente tensión entre EEUU y China alcanza una nueva dimensión: los cables submarinos.

Estados Unidos, en un movimiento que refleja la profunda desconfianza hacia China, está considerando vetar el uso de cables submarinos de origen chino en su infraestructura clave. Esta decisión radical se basa en preocupaciones de seguridad nacional, temiendo el potencial de espionaje a través de estas tecnologías que transportan el 99% del tráfico global de internet.

El control de la información: una batalla subterránea.

La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de EEUU busca regular la participación de empresas chinas en la fabricación y mantenimiento de los cables submarinos que conectan el país con el resto del mundo. La propuesta, impulsada por el presidente de la FCC, Brendan Carr, se alinea con la política "America First", buscando proteger la infraestructura crítica de posibles amenazas.

China avanza en la industria de cables submarinos.

Empresas chinas como Hengtong Group, Zhongtian Submarine Cable, Orient Cable y Dosense Cable están incrementando su presencia en el mercado de fabricación de cables submarinos, lo que genera preocupación en Washington. Actualmente, las principales empresas del sector se ubican en Francia, Italia, EEUU y Japón.

Un doble enfoque: incentivos y restricciones.

La estrategia planteada por la FCC implica un doble enfoque. Por un lado, incentivará la utilización de buques y tecnología estadounidense para la reparación y mantenimiento de los cables, priorizando la fiabilidad. Por otro lado, impondrá restricciones adicionales al uso de tecnología china, desincentivando su presencia en la infraestructura de cables submarinos de EEUU.

Antecedentes y consecuencias.

Este movimiento no es aislado. En 2019, EEUU ya prohibió el uso de equipos de telecomunicaciones de ZTE y Huawei. La actual iniciativa refleja la creciente tensión tecnológica entre ambos países, donde la competencia por la supremacía global se extiende a la infraestructura de comunicaciones.

El futuro de la conectividad global en juego.

La decisión de EEUU tiene implicaciones globales. Los cables submarinos son vitales para la comunicación mundial, y una prohibición a la tecnología china podría generar tensiones comerciales y geoestratégicas. La competencia entre ambos países por la supremacía tecnológica parece que ha llegado hasta las profundidades del océano.

Fuente: Xataka