La OPEP+ ha tomado una decisión que podría sacudir el mercado energético global: aumentar la producción de crudo. En una reunión exprés, ocho países miembros acordaron incrementar la producción en 548.000 barriles diarios a partir de agosto, con la posibilidad de otro aumento similar en septiembre. Esta decisión plantea un dilema crucial: ¿priorizar la estabilidad de los precios o mantener su influencia geopolítica?

Un dilema entre precio y poder

La OPEP+ justifica su decisión argumentando la "buena salud" del mercado petrolero, con una demanda estable y bajos inventarios. Sin embargo, analistas como Giovanni Staunovo de UBS señalan que el mercado se mantiene ajustado, lo que permitiría absorber los barriles adicionales. Pero tras bambalinas, Goldman Sachs apunta a una estrategia para normalizar la capacidad ociosa y controlar al sector del esquisto en Estados Unidos.

Amenaza de sobreoferta

A corto plazo, el mercado parece responder positivamente, con un ligero aumento del precio del crudo. Pero a mediano plazo, las consecuencias son inciertas. El "peak oil" chino y las tensiones comerciales podrían generar una sobreoferta significativa para finales de año, especialmente durante el invierno. La Agencia Internacional de la Energía incluso prevé un superávit para el cuarto trimestre de 2025.

Impacto desigual

La decisión de la OPEP+ tiene un impacto desigual. Para países importadores como India y la Unión Europea, precios más bajos son un alivio económico. En cambio, para los productores fuera del cartel, como el sector del esquisto estadounidense, la situación es más incierta. Una caída de precios por debajo de 60-65 dólares por barril pondría en jaque la rentabilidad de muchas empresas.

La influencia de Estados Unidos

La decisión también se alinea con los intereses políticos de Donald Trump, quien presionaba para reducir los costos de combustible. Sin embargo, esta medida pone en riesgo a la industria petrolera estadounidense, un importante pilar económico y político de su administración. Una caída de precios podría afectar la rentabilidad del sector del fracking.

El desafío para Arabia Saudí

Arabia Saudí, el principal actor en esta decisión, también enfrenta desafíos. El Fondo Monetario Internacional estima que necesita precios por encima de 90 dólares por barril para cubrir su presupuesto. Si los precios caen, Riad podría verse obligado a recortar gastos públicos o intervenir en el mercado para defender sus ingresos.

Un futuro incierto

La OPEP+ parece estar priorizando la recuperación de cuota de mercado sobre la estabilidad de precios. El mercado se enfrentará a una volatilidad continua, con la decisión de si continúa el aumento de producción en agosto como factor determinante. El dilema persiste: ¿sacrificar la estabilidad de precios a corto plazo por influencia a largo plazo?

Fuente: Xataka