
El reciente ataque de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes ha generado un complejo escenario geopolítico. Analistas sugieren que este acto, destinado a contener la proliferación nuclear en Irán, podría tener consecuencias inesperadas y potencialmente peligrosas para la estabilidad regional, especialmente en relación con Corea del Norte.
El mensaje a Pyongyang
Para muchos expertos, el ataque a Irán envía un mensaje claro a Corea del Norte: la vulnerabilidad de las naciones sin armas nucleares. El despliegue de bombarderos B-2 en el ataque a Irán ha demostrado la capacidad de Estados Unidos para realizar operaciones militares furtivas contra objetivos subterráneos, lo que refuerza la idea de que la disuasión nuclear es el único escudo confiable contra una intervención extranjera en el régimen de Kim Jong Un.
El fortalecimiento del eje Moscú-Pyongyang
La cooperación estratégica entre Corea del Norte y Rusia se ha intensificado, con Pyongyang enviando armas a Rusia y recibiendo a cambio apoyo tecnológico, militar y económico. El ataque a Irán, visto como una confirmación de la necesidad de armas nucleares para la supervivencia del régimen, podría fortalecer aún más esta alianza.
Preocupaciones sobre la proliferación nuclear
Los ejemplos de Irak y Libia, países que sufrieron intervenciones militares a pesar de no poseer armas de destrucción masiva, alimentan la paranoia de Corea del Norte. Este país argumenta que su programa nuclear es esencial para su seguridad nacional, y el ataque a Irán puede intensificar su determinación de ampliar su arsenal. Corea del Norte, que ya cuenta con un arsenal nuclear significativo y misiles capaces de alcanzar Estados Unidos, se encuentra en una posición mucho más sólida que Irán.
Un sistema de defensa tripartita
Corea del Norte cuenta con un sistema de defensa tripartita que complica una acción militar estadounidense: su propio arsenal nuclear, la alianza con Rusia y la necesidad de consulta previa con Corea del Sur. Estos factores convierten cualquier acción contra Corea del Norte en un asunto de gran riesgo regional y diplomático.
El futuro incierto
Se espera que la reacción de Corea del Norte no sea pasiva, sino que implique una aceleración de sus programas balísticos, la cooperación tecnológica con Rusia y la profundización de la alianza estratégica. El Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), ya debilitado por la falta de compromiso de las potencias nucleares y la retirada de varios países, se ve aún más afectado por estas tensiones.
La acción de Estados Unidos, aunque con la intención de frenar la proliferación nuclear, podría tener el efecto contrario en Asia oriental, al convertir las armas nucleares en un "seguro de vida" para los regímenes autoritarios. La desconfianza hacia Estados Unidos aumentará y se justificará interna y externamente una nueva etapa de rearme y expansión militar, lo cual podría desencadenar una proliferación nuclear aún más peligrosa.
Fuente: Xataka