La Unión Europea está implementando cambios regulatorios que buscan reducir el consumo de teléfonos móviles. Se trata de una iniciativa que impacta directamente en la producción y el ciclo de vida de estos dispositivos.

Cambios Regulatorios Clave

A partir de junio de 2025, entrarán en vigor nuevas regulaciones que buscan prolongar la vida útil de los smartphones, enfocándose en la reparabilidad, el soporte de software y la durabilidad de las baterías. El objetivo principal es claro: disminuir la cantidad de teléfonos que se venden anualmente.

Estos cambios se basan en dos pilares fundamentales: el diseño ecológico y un nuevo sistema de etiquetado.

Diseño Ecológico: Durabilidad Obligatoria

Los fabricantes tendrán que cumplir con estándares mínimos de fabricación. Esto incluye:

  • Baterías con una duración mínima de 800 ciclos de carga, manteniendo al menos el 80% de su capacidad original.
  • Disponibilidad de piezas de repuesto críticas en un plazo de 5 a 10 días hábiles, durante al menos 7 años tras el cese de ventas del producto en la UE. El acceso será igualitario para todos los reparadores profesionales.
  • Actualizaciones del sistema operativo garantizadas por al menos cinco años.

Para informar a los consumidores, se introducirá un nuevo etiquetado energético en la caja del producto, con una calificación de la A a la G (A siendo la mejor). Este etiquetado incluirá información detallada sobre la duración de la batería, resistencia a caídas, reparabilidad y protección contra agua y polvo.

Excepciones a la Norma

La nueva normativa se aplicará a todos los smartphones y tablets, con algunas excepciones: teléfonos plegables con pantalla enrollable y tablets-PC convertibles de más de 17,4 pulgadas están exentos.

El Reto del Soporte de Software

Aunque las regulaciones parecen beneficiar al consumidor, su aplicación presenta complejidades. El soporte de software durante cinco años representa un coste significativo para los fabricantes, especialmente para los dispositivos de gama baja.

Si bien algunos fabricantes ofrecen hasta siete años de actualizaciones, estas políticas suelen aplicarse solo a los modelos más populares. Extender el soporte a dispositivos de bajo coste con menor margen de beneficio podría generar sobrecostes considerables. Además, la normativa no especifica la necesidad de actualizar a la última versión de Android, por lo que un soporte de dos años de versión y tres de actualizaciones de seguridad es un escenario probable.

En resumen, la iniciativa europea, aunque con buenas intenciones, presenta desafíos en su implementación y podría generar variaciones en el mercado de smartphones.

Fuente: Xataka