En un giro inesperado, la administración Trump ha decidido eximir de aranceles recíprocos a una amplia gama de dispositivos electrónicos, incluyendo móviles, ordenadores y semiconductores. Esta decisión ha generado un suspiro de alivio entre gigantes tecnológicos como Apple y NVIDIA, que se encontraban en una situación crítica ante la escalada de aranceles impuesta por el gobierno estadounidense.

La guerra arancelaria y sus consecuencias

La guerra comercial entre Estados Unidos y China había puesto en jaque a las empresas tecnológicas. La aplicación de aranceles elevadísimos a las importaciones chinas había llevado a Apple, por ejemplo, a tomar medidas desesperadas como fletar aviones cargados de iPhones desde la India para evitar los gravámenes.

La situación era aún más preocupante para otras empresas del sector, como NVIDIA, y para toda la industria en general. Los costos de producción de dispositivos electrónicos, semiconductores y componentes como las unidades SSD, se veían amenazados por un aumento desproporcionado.

Electrónica de consumo: la gran beneficiada

La oficina de aduanas y protección fronteriza de Estados Unidos emitió un comunicado oficial, confirmando la exclusión de ciertos dispositivos electrónicos y componentes de los aranceles, tanto los aplicados globalmente como los más elevados impuestos a las importaciones procedentes de China. Entre los productos exentos se encuentran teléfonos móviles, ordenadores, discos duros, procesadores, chips de memoria, semiconductores y maquinaria para su fabricación, tarjetas de memoria y células solares.

Apple y NVIDIA son dos de las empresas que se benefician directamente de esta decisión. Sin embargo, la incertidumbre persiste, ya que las políticas de Trump son volátiles y la respuesta de China a esta medida aún es incierta.

Un memorándum de la Casa Blanca aclaró que las exenciones también se aplican al envío de paquetes pequeños, cuyos aranceles se habían triplicado recientemente. La motivación detrás de esta decisión, según la secretaria de prensa de la Casa Blanca, es dar tiempo a las empresas estadounidenses para trasladar su producción a suelo nacional.

Un respiro temporal... o ¿una nueva estrategia?

Esta medida llega después de un período de 90 días de pausa en la aplicación de aranceles a países distintos de China, dando un respiro a la economía mundial. Las exenciones son retroactivas al 5 de abril, aunque la incertidumbre persiste. El mensaje de la Casa Blanca es claro: Estados Unidos necesita dejar de depender de China para la fabricación de tecnologías críticas.

La decisión de la administración Trump ha generado un debate sobre sus implicaciones a largo plazo y la respuesta de China. Si bien ofrece un respiro para las empresas afectadas, también deja abierta la posibilidad de que las tensiones comerciales se reaviven en el futuro.


Fuente: Xataka