La historia del superyate Alfa Nero y su impacto en la pequeña isla de Antigua y Barbuda es digna de una película. Este lujoso barco, valorado en más de 120 millones de dólares, se convirtió en un dolor de cabeza para el gobierno antillano tras ser incautado por Estados Unidos como parte de las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania.
Una Pesadilla Costosa
El mantenimiento del Alfa Nero, un yate de 81.3 metros de eslora, suponía un gasto semanal de 28.000 dólares, además de un consumo diario de 2.000 dólares en combustible, solo para el aire acondicionado. La situación llegó a tal punto que amenazaba con arruinar las finanzas de la isla.
Una Venta Inesperada
Ante la inminente crisis financiera, el gobierno de Antigua y Barbuda se vio obligado a buscar rápidamente un comprador para el superyate. A pesar de un proceso judicial que retrasó la venta, el Alfa Nero fue finalmente adquirido por 40 millones de dólares a un empresario turco. De esa cantidad, una parte significativa se destinó a cubrir los costes de mantenimiento acumulados.
Una Recompensa Inusual
Como muestra de gratitud por haberlos salvado de una ruina financiera, el gobierno antillano otorgó la ciudadanía a Ali Riza Yildirim, el comprador del yate, y a toda su familia. Esta decisión poco común refleja la magnitud del problema que el Alfa Nero representaba para la economía de la isla.
Un Nuevo Comienzo
Después de más de dos años de inactividad, el Alfa Nero está siendo sometido a una renovación completa. Según se ha confirmado, el superyate se alquilará por 812.500 dólares a la semana, comenzando en el verano de 2025.
Fuente: Xataka