Un Experimento Secreto de Volkswagen

En el mundo automovilístico, la rivalidad entre marcas genera historias fascinantes. Una de ellas involucra a Ferdinand Piëch, CEO de Volkswagen hasta 2015, quien obsesionado con crear motores de alto rendimiento, buscaba desarrollar un nuevo bloque para sus coches de alta gama. El problema era que Volkswagen no tenía un vehículo adecuado para probarlo.

El BMW M5 E39: Una Mula Inesperada

La solución de Piëch fue audaz e inesperada: compró un BMW M5 E39, el principal rival de Volkswagen en el segmento deportivo, y lo utilizó como "mula" para probar su nuevo motor W10, un motor de 10 cilindros en configuración W que nunca llegó a producción.

El Motor W10: Un Corazón Oculto

El motor W10 se integró de forma tan impecable en el BMW M5 E39 que el coche parecía un modelo de producción estándar desde el exterior. Este motor producía entre 456 y 507 CV, con un par máximo de 550 Nm. Incluso el mismo Piëch lo usó como coche personal durante un tiempo, a pesar de la ausencia de elementos de seguridad como el ABS o control de tracción.

Un Prototipo Legendario

Durante décadas, la existencia del BMW M5 E39 con el motor W10 fue considerada una leyenda urbana, con Volkswagen negando su existencia. Sin embargo, su existencia se confirmó gracias a un compraventa belga, que reveló detalles de la construcción y el rendimiento del prototipo.

Detalles del M5 Experimental

El exterior del coche se mantiene fiel a un M5 E39 estándar, ocultando su secreto bajo el capó. Incluso el interior permanece casi idéntico al modelo de producción, con la excepción de un cuadro de mandos personalizado que agrega interruptores adicionales para monitorear el rendimiento del motor.

Una Pieza Única

Este prototipo es hoy en día una pieza exclusiva de colección, cuyo precio se estima cercano al de un Ferrari Purosangue, reflejando la inversión de más de dos millones de dólares que Volkswagen realizó en el desarrollo del motor W10. La historia de este BMW M5 modificado es un testimonio de la pasión y la innovación de Ferdinand Piëch, un personaje legendario de la industria automotriz.

El interior del vehículo se mantiene exactamente igual que cualquier M5 de la época, con la salvedad del cuadro de mandos, ya que el fabricante le añadió uno personalizado con algunos interruptores adicionales que le permitían activar o desactivar funciones para probar su rendimiento y obtener información adicional.