Un impactante descubrimiento arqueológico ha sacudido el mundo de la historia mesoamericana. Un altar pintado de 1700 años de antigüedad, con claras influencias teotihuacanas, ha sido encontrado en Tikal, Guatemala, a más de 1000 kilómetros de su origen previsto.

Un Altar que Revela Secretos

El altar de piedra caliza, hallado en el centro de una antigua residencia maya, presenta murales en rojo, amarillo y negro que representan al "Dios de la Tormenta", una deidad característica del arte teotihuacano. Su estilo y función, dedicados a deidades en lugar de gobernantes, sugieren la mano de un artista formado en la tradición teotihuacana, no maya.

La Presencia Teotihuacana en Tikal

La ubicación del altar en el Grupo 6D-XV, una zona residencial habitada por individuos con estrechos vínculos con Teotihuacán, indica una presencia prolongada y organizada de esta cultura en Tikal. No solo se llevaron sus prácticas arquitectónicas y funerarias, sino también su identidad cultural.

Un Golpe de Estado y su Legado

El descubrimiento se relaciona con un evento histórico: en el año 378 d.C., una intervención militar teotihuacana en Tikal destronó al monarca local, sustituyéndolo por un gobernante de su cultura. Este evento marcó el inicio de una mayor presencia material teotihuacana en la ciudad, incluyendo enterramientos reales, cerámica y conjuntos arquitectónicos.

Ritual Mortuorio y Poder Político

El altar forma parte de una secuencia arquitectónica que abarca desde el año 300 hasta el 450 d.C., y su construcción estuvo acompañada de rituales mortuorios simbólicos: el entierro de tres bebés bajo sus esquinas, un patrón similar a los complejos residenciales teotihuacanos. Este acto tenía un significado político, representando la imposición del poder teotihuacano en Tikal.

El Olvido Ritual

Después del año 450 d.C., el altar y sus edificios fueron deliberadamente cubiertos con tierra y escombros, sin reutilizar el espacio. Los arqueólogos interpretan esto como un rechazo simbólico de la influencia teotihuacana, posiblemente relacionado con el declive de su poder y los sentimientos ambivalentes de los mayas hacia ese período.

Un Misterio Resuelto, y Otros por Resolver

Este hallazgo ofrece una mirada fascinante a las complejas relaciones entre las culturas maya y teotihuacana, revelando una historia de intercambio, conflicto y eventual rechazo. La presencia teotihuacana en Tikal fue profunda, organizada y, finalmente, enterrada en el olvido ritual, dejando un tesoro histórico que continúa desvelando sus secretos.

Fuente: Xataka