La guerra comercial entre Estados Unidos y China está teniendo consecuencias inesperadas. Mientras la subida de precios afecta a numerosos productos, un componente crucial ha pasado desapercibido: las unidades SSD (Solid State Drives).
El impacto en los discos duros
El incremento de aranceles impuesto por Estados Unidos a productos chinos, llegando hasta un 145%, está golpeando duramente a los fabricantes de discos duros mecánicos. Empresas como Seagate, Toshiba y Western Digital enfrentan un desafío significativo. Sus complejas cadenas de suministro, que abarcan múltiples países, se ven afectadas por las tensiones comerciales. La reubicación de la producción no es una tarea sencilla, especialmente para los discos duros mecánicos, que requieren entornos de fabricación extremadamente controlados para evitar daños por partículas.
Ventajas de las SSD frente a los HDD
En contraste, los fabricantes de unidades SSD (Samsung, Micron, Kioxia, etc.) se encuentran en una posición ligeramente mejor. Aunque sus cadenas de suministro también son complejas, la fabricación de SSD no requiere las mismas estrictas condiciones de salas limpias que los discos duros mecánicos. Esta diferencia permite una mayor flexibilidad para trasladar la producción a países con aranceles más bajos, como México, Canadá o los Estados Unidos.
El futuro de los precios
A pesar de estas diferencias, se espera un aumento significativo en los precios de ambos tipos de almacenamiento. Trasladar la producción es un proceso costoso y complejo, mientras que la alta demanda y los aranceles podrían afectar gravemente la oferta. La situación es compleja, la posibilidad de una reducción de aranceles es baja, y por tanto, es muy probable que los consumidores vean un incremento en el costo de las unidades de almacenamiento en el corto plazo.
¿Qué pasa con los discos duros mecánicos?
La situación para los fabricantes de discos duros mecánicos es aún más crítica. La dificultad de reubicar las instalaciones de producción en entornos de salas limpias adecuadas dificulta la adaptación a la nueva situación. La dependencia de componentes procedentes de países con altos aranceles aumenta los costos de producción, lo que inevitablemente se reflejará en el precio final para el consumidor.
En resumen, la guerra arancelaria tiene un impacto significativo en el mercado del almacenamiento. Mientras que los SSD podrían experimentar un aumento de precio menor gracias a su mayor flexibilidad de producción, la situación para los discos duros mecánicos es más problemática, lo que podría provocar incrementos de precios aún más considerables.
Fuente: Xataka