Estados Unidos planea construir un sistema de defensa antimisiles sin precedentes, llamado "Golden Dome". A diferencia de sistemas anteriores, este se basará en una enorme constelación de satélites, aprovechando la tecnología de SpaceX, liderada por Elon Musk.
Una red de satélites para la defensa
La propuesta, que ha generado gran interés en el Pentágono, consiste en una red de entre 400 y más de mil satélites. Estos serán responsables de detectar, rastrear y evaluar amenazas de misiles enemigos dirigidos al territorio estadounidense.
Colaboración de gigantes tecnológicos
Además de SpaceX, empresas como Palantir Technologies y Anduril Industries participan en el proyecto. Palantir, cofundada por Peter Thiel, y Anduril, creada por Palmer Luckey, aportarán su experiencia en software gubernamental y tecnología de defensa, respectivamente.
Un modelo de suscripción
El modelo de negocio propuesto es innovador: el Pentágono pagaría una suscripción por el uso del sistema, en lugar de comprarlo directamente. Esto podría acelerar el proceso de implementación, pero también podría limitar el control del gobierno sobre el sistema y sus costos a futuro.
Comparación con la Cúpula de Hierro
Si bien la inspiración proviene de la Cúpula de Hierro israelí, el Golden Dome enfrenta retos mayores. Estados Unidos, con su gran extensión territorial y amenazas de largo alcance, incluyendo misiles hipersónicos, requiere un sistema de defensa a una escala mucho más grande y compleja.
Un proyecto ambicioso
El costo estimado para el Golden Dome oscila entre 6.000 y 10.000 millones de dólares. El proyecto es tan ambicioso que genera debates sobre su viabilidad técnica y económica, y si se trata de una solución real a las amenazas modernas o simplemente una promesa política.
Desafíos y controversias
Aunque SpaceX y sus socios parecen estar a la cabeza, empresas tradicionales de defensa también compiten por el contrato. La transparencia y la posible existencia de conflictos de interés también han generado controversia.
El futuro incierto
La implementación del Golden Dome está rodeada de incertidumbre. Su futuro dependerá de factores políticos, tecnológicos y económicos, y su verdadero impacto en la defensa estadounidense aún está por verse.
Fuente: Xataka