El mercado internacional del vino ya se encontraba en una situación delicada antes de la amenaza de aranceles. Un arancel del 200% sobre el vino español en Estados Unidos ha generado una gran incertidumbre en el sector, que ya se encontraba afectado por otros factores. En 2024, España envió 97 millones de litros de vino a EEUU, por un valor cercano a los 400 millones de euros.
El golpe de la incertidumbre
El anuncio del arancel, aunque finalmente suspendido, ha provocado una reacción inmediata. La Alianza de Importadores de Vino de Estados Unidos (USWTA) recomendó la suspensión de envíos de vino de la UE, causando alarma. Las exportaciones se dispararon un 23% en diciembre de 2024 tras la elección de Trump, lo que demuestra una reacción anticipada por parte de las bodegas españolas.
La incertidumbre es lo más dañino. A pesar de las medidas preventivas de muchas bodegas, la falta de claridad sobre el futuro de los aranceles genera una gran inestabilidad. La USWTA presionó para que no se aplicaran los aranceles a mercancías en tránsito, pero el gobierno estadounidense no ha dado una respuesta clara, lo que crea el riesgo de pérdidas enormes para las empresas.
Medidas de urgencia y respuesta de la UE
El Intergrupo del Vino solicitó a la Comisión Europea que excluyera al vino de la guerra arancelaria. La UE respondió excluyendo el vino, los espumosos y el bourbon estadounidense de sus contramedidas. Esta acción busca proteger las grandes inversiones realizadas en el mercado estadounidense en la última década.
La Federación Española del Vino considera injustificados los aranceles, argumentando que la diferencia arancelaria entre la UE y EEUU es mínima. Sin embargo, la imprevisibilidad de la administración Trump añade complejidad a la situación.
El impacto en la industria y el mercado mundial
La amenaza de aranceles no solo afecta a las bodegas europeas, sino también a los productores estadounidenses. Algunos productores norteamericanos se oponen a la medida, conscientes de la fragilidad del sector, afectado por sequías e incendios. La cadena de distribución también se vería afectada, creando un problema generalizado.
Incluso, existe la posibilidad de que las grandes plataformas de distribución inunden el mercado con productos europeos más caros para compensar el coste de los aranceles. Este sistema arancelario complejo podría ser contraproducente, provocando un colapso del mercado.
El problema de fondo es el declive del sector vitivinícola mundial. La sobreproducción, junto a un aumento de costes, dificulta la rentabilidad, forzando incluso a arrancar viñas. En Francia, se plantean arrancar hasta 100.000 hectáreas. Este contexto de crisis en el mercado mundial se complica aún más con la amenaza de aranceles.
Fuente: Xataka