
Décadas de sobreexplotación: Un problema acuciante
España enfrenta una crisis hídrica silenciosa: la sobreexplotación de sus acuíferos. Durante décadas, la extracción descontrolada de agua subterránea ha llevado a muchos acuíferos al borde del colapso. Si bien las lluvias de marzo de 2025 ofrecieron una oportunidad histórica para recargarlos, la pregunta clave es si se aprovechará adecuadamente.
El impacto en Doñana y otras regiones
Doñana, un ejemplo emblemático, ilustra la gravedad de la situación. Más del 80% de sus marismas se han perdido, y la mitad de esta pérdida se produjo en la última década, revelando la voracidad de la sobreexplotación. Este problema, sin embargo, no se limita a Doñana; muchas otras regiones dependen críticamente del agua subterránea, y su escasez las expone a una grave inseguridad hídrica.
El rol del sector agroganadero y la contaminación
El sector agroganadero, responsable del 82,5% del consumo de agua en España, juega un papel crucial en la crisis. El uso intensivo de fertilizantes ha contaminado casi el 60% de las aguas subterráneas con nitratos. Esta contaminación se agrava con la escasez de agua, volviendo inutilizables muchos acuíferos.
La falta de gestión y las consecuencias
La falta de una gestión adecuada de los acuíferos ha exacerbado el problema. Durante décadas, las autoridades han ignorado la sobreexplotación, permitiendo prácticas ilegales e incluso careciendo de estudios integrales para evaluar las reservas existentes y planificar la extracción de agua. Esta falta de conocimiento dificulta enormemente cualquier intento de gestionar la crisis con precisión. La salinización de los acuíferos costeros, un fenómeno conocido desde hace décadas, es otro ejemplo de la falta de gestión efectiva.
Una oportunidad para el cambio
Las abundantes lluvias de marzo de 2025 representan una oportunidad crucial para revertir esta situación. Se necesita un marco de gestión ambicioso que incluya la recuperación, gestión y saneamiento de los acuíferos. Esta es una oportunidad para implementar medidas que aseguren la sostenibilidad hídrica a largo plazo, evitando futuros colapsos y garantizando el acceso al agua para las generaciones futuras. La decisión de aprovechar o desaprovechar esta oportunidad definirá el futuro del agua en España.