El "task masking": la nueva tendencia laboral
La vuelta a la oficina está generando estrés en muchos empleados, pero la Generación Z ha encontrado una ingeniosa (y quizás controversial) estrategia: el "task masking". Esta práctica consiste en aparentar estar extremadamente ocupado para evitar recibir más tareas. Un estudio reciente reveló que el 36% de los jóvenes de la Generación Z y el 38% de los jefes admiten usar esta técnica.
¿Cómo funciona el "task masking"?
El "task masking" se basa en crear la ilusión de estar trabajando intensamente, incluso cuando se ha completado el trabajo asignado. Se observa en videos de redes sociales como TikTok e Instagram, donde se muestra, medio en broma medio en serio, cómo simular actividad en la oficina. Esto se ha vuelto más común con el regreso a la presencialidad, presionando a algunos empleados a demostrar su valor sin necesariamente aumentar su productividad real.
Productividad vs. Apariencia
Una encuesta a 3000 personas en EEUU, Reino Unido e Irlanda reveló que el 70% de los que practican el "task masking" terminan sus tareas antes de tiempo. Sin embargo, la cultura empresarial, que a veces prioriza la presencia física sobre los resultados, los impulsa a aparentar mayor ocupación. Esta situación esconde problemas más profundos: mala gestión del tiempo, sobrecarga de trabajo y una cultura empresarial poco eficiente.
Más allá de la Generación Z
La práctica de fingir estar ocupado no se limita a la Generación Z. El estudio también indica que un alto porcentaje de gerentes y altos ejecutivos también lo hacen. Se plantea la cuestión de la valoración del trabajo en función de la presencia física en lugar de los logros reales.
¿Por qué lo hacen?
Las razones detrás del "task masking" son complejas. La Generación Z, que valora el equilibrio entre vida personal y laboral, lo utiliza para evitar la sobrecarga de trabajo y proteger su tiempo libre. Existe el temor a que si sus superiores descubren su alta productividad, se les asignen más tareas, sacrificando su tiempo personal. Esta práctica, sin embargo, crea un círculo vicioso: el estrés de mantener la apariencia de estar ocupado genera más estrés.
El futuro del trabajo
Expertos en recursos humanos sugieren la necesidad de una comunicación abierta entre empleados y empleadores para definir el propósito del trabajo presencial. Si las empresas no se adaptan y continúan valorando la apariencia sobre la eficiencia, podría generar problemas de retención de talento.
Fuente: Xataka