SpaceX prepara el octavo vuelo de su Starship para esta semana, pero el verdadero desafío llegará con el noveno lanzamiento en marzo. Este plan es increíblemente audaz, incluso para los estándares de SpaceX.

Vuelo 8: Una prueba más

Elon Musk anunció el vuelo 8 para el 28 de febrero, sin mencionar la aprobación regulatoria. Se utilizará el propulsor Super Heavy Booster 15 y la nave Ship 34 (Block 2), más alta y con mejoras en el almacenamiento de propelentes y la reentrada atmosférica. Por primera vez, se desplegará una carga: 10 maquetas de satélites Starlink de próxima generación.

Vuelo 9: El gran salto

El vuelo 9, programado entre el 14 de marzo y el 30 de junio, representa un paso gigante. Una solicitud a la Comisión Federal de Comunicaciones revela que SpaceX intentará, por primera vez, capturar tanto el propulsor Super Heavy como la nave Starship con los brazos de la torre de lanzamiento. Si el aterrizaje falla, ambos elementos caerán al océano.

Doble captura o doble amerizaje

El vuelo 9 será el más arriesgado hasta la fecha. La Starship alcanzará velocidad orbital para luego regresar a la plataforma de lanzamiento en Texas. La maniobra de captura de la nave, que soporta temperaturas mucho más altas que el propulsor, será crucial. El éxito significaría la primera captura doble; el fracaso, un doble amerizaje con autodestrucción.

Un reto monumental

El ambicioso objetivo de capturar tanto la nave como el propulsor en la torre de lanzamiento representa un reto tecnológico sin precedentes. El éxito o fracaso de esta maniobra definirá en gran medida el futuro del programa Starship y las capacidades de SpaceX.

Este evento pondrá a prueba las mejoras del diseño de la Starship Block 2, incluyendo sus alerones y escudo térmico. Cualquiera sea el resultado, el vuelo 9 proporcionará datos cruciales para el desarrollo futuro de los viajes espaciales.

Fuente: Xataka