
Después de 17 años de arduo trabajo, Microsoft ha anunciado un avance revolucionario en la computación cuántica: un procesador cuántico que utiliza partículas de Majorana. Este enfoque difiere radicalmente de las tecnologías cuánticas existentes, prometiendo una mayor estabilidad y escalabilidad.
Una partícula excepcional
El fermión de Majorana, una partícula teórica propuesta por Ettore Majorana en 1937, es la clave de este avance. Su peculiaridad radica en ser a la vez partícula y antipartícula, lo que la convierte en un componente ideal para la computación cuántica.
17 años de investigación
Microsoft ha invertido 17 años en la investigación y desarrollo de un nuevo material y una arquitectura innovadora para este procesador cuántico. El resultado es Majorana 1, el primer procesador cuántico basado en esta tecnología. Este logro implica la creación del primer "topoconductor" del mundo: un semiconductor que también funciona como superconductor y permite el control preciso de las partículas de Majorana.
Mayor estabilidad y escalabilidad
A diferencia de los procesadores cuánticos tradicionales que utilizan electrones, Majorana 1 emplea partículas de Majorana para crear cúbits más robustos y resistentes al ruido, los grandes obstáculos de la computación cuántica. El uso de arseniuro de indio y aluminio ha permitido colocar ocho cúbits topológicos en el chip, pero la ambición de Microsoft va mucho más allá: se proyecta la creación de un chip con hasta un millón de cúbits.
Simulaciones sin precedentes
Con un millón de cúbits, las simulaciones alcanzables serán increíblemente precisas, permitiendo la corrección de errores y abriendo puertas a descubrimientos revolucionarios en campos como la medicina y la ciencia de materiales. Se espera que este avance permita resolver problemas que son irresolubles con la potencia computacional actual.
Un futuro prometedor
Microsoft ha llegado a un acuerdo con DARPA para el desarrollo de un prototipo de computador cuántico tolerante a fallos. La compañía espera concretar esta meta en cuestión de años, no décadas, gracias a la escalabilidad de esta tecnología.
Este avance representa un paso significativo hacia la computación cuántica práctica y sus aplicaciones transformadoras.
Fuente: Xataka