Apenas juramentado, Trump firmó órdenes ejecutivas que alteran drásticamente la administración pública estadounidense. Una de las acciones más impactantes permite a Elon Musk, a la cabeza del recién creado "Departamento de Eficiencia Gubernamental" (DOGE), despedir a funcionarios federales.
Cambios en el estatus de los funcionarios
La controversial orden ejecutiva modifica el estatus de los funcionarios de carrera, eliminando la protección que anteriormente les garantizaba independencia de las presiones políticas. Ahora, Musk puede despedirlos si no cumplen con las directrices de sus superiores. Esta medida, impulsada por el ala más radical del partido Republicano, ha sido recibida con fuertes críticas.
Lealtad sobre la ley
La orden enfatiza la necesidad de que los funcionarios actúen "a voluntad del presidente", insinuando que la lealtad al presidente prevalece sobre el cumplimiento estricto de la ley. La falta de dicha lealtad se convierte en causa de despido. Organizaciones como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles han expresado su preocupación, calificando la medida como una amenaza al estado de derecho.
Eficiencia como excusa
El gobierno argumenta que la medida se basa en la eficiencia. Se planea evaluar a todos los funcionarios federales, y los considerados ineficientes serán despedidos. Sin embargo, la orden prohíbe despidos por afiliación partidista o por denuncias de irregularidades. Esta aparente contradicción refuerza las sospechas de que la medida busca silenciar voces disidentes.
Fin de las contrataciones y del teletrabajo
Además de la purga de funcionarios, la orden ejecutiva paraliza indefinidamente las contrataciones en el gobierno federal y elimina los acuerdos de teletrabajo. Esto se justifica con la necesidad de que todos los empleados regresen a sus oficinas. Sin embargo, datos contradictorios sobre el porcentaje de empleados que trabajan remotamente plantean dudas sobre la verdadera motivación tras esta decisión.
El impacto de estas medidas en la administración pública estadounidense y la independencia de los funcionarios es incierto, pero el panorama sugiere un cambio profundo y controvertido en la relación entre el ejecutivo y los empleados del gobierno.
Fuente: Xataka