El atasco perdura en Suiza

Suiza, un país conocido por su eficiencia, enfrenta un problema inesperado: la congestión vial en su autopista A1. A pesar de las horas de atascos registrados diariamente en esta importante arteria, los ciudadanos rechazaron recientemente una propuesta para ampliarla. El 52.7% de los votantes se pronunciaron en contra del proyecto de 5.400 millones de euros que buscaba añadir carriles en varios tramos de la A1, desde dos a tres carriles hasta incluso ocho en las secciones más anchas.

¿Por qué el rechazo?

La decisión no fue tomada a la ligera. Mientras que los partidarios del proyecto argumentaban la necesidad de aliviar la creciente congestión, especialmente tras el auge del teletrabajo y la pandemia, los opositores, conformados por grupos ecologistas y partidos de izquierda, argumentaron que la ampliación sólo generaría más tráfico. Se hizo eco de la experiencia en otros países, donde ampliar las autopistas no ha resuelto, sino más bien exacerbado, el problema.

La metáfora del pez en el acuario

La idea central de la oposición se basa en la metáfora del pez en el acuario: si se aumenta el espacio disponible, el número de peces (autos) también aumentará, manteniendo el atasco. Esta analogía refleja la realidad observada en autopistas ampliadas en Estados Unidos y Canadá, donde el aumento de carriles no ha solucionado la congestión.

Alternativas al asfalto

Con el rechazo a la ampliación de la A1, se abren nuevas vías para el futuro del transporte en Suiza. El dinero destinado a la ampliación de la autopista se reorientará a otras alternativas, con un mayor enfoque en el transporte público y la modernización de las infraestructuras existentes. Además, el ambicioso proyecto "Cargo Sous Terrain" (carga subterránea) está en marcha, una red ferroviaria subterránea para el transporte de mercancías.

Cargo Sous Terrain: una visión futurista

Este proyecto futurista pretende crear una red de 500 kilómetros de túneles para que vehículos automatizados transporten mercancías entre centros de producción y áreas urbanas. Su coste estimado es de 30.000 millones de francos suizos, y se planea su puesta en marcha para el 2040, representando una inversión masiva en un sistema de transporte sostenible e innovador. La decisión de rechazar la ampliación de la A1 refleja un cambio de paradigma en la gestión del tráfico.

Conclusión

La decisión suiza de rechazar la ampliación de su autopista principal es un ejemplo del debate global sobre la gestión del tráfico urbano. Su rechazo abre la puerta a soluciones más sostenibles y de largo plazo, y a una reflexión crítica sobre la eficacia de la simple ampliación de carreteras para resolver problemas de congestión. El tiempo dirá si esta apuesta por soluciones innovadoras y sostenibles resulta efectiva.


Fuente: Xataka