La guerra comercial entre Occidente y China se intensifica con la aplicación de aranceles a los coches eléctricos chinos por parte de Europa y Estados Unidos. Esta medida, destinada a proteger el mercado interno, ha provocado la reacción de China, que controla el principal ingrediente para la fabricación de baterías de coches eléctricos: las tierras raras.

Represalias y estrategia de China

China ha implementado una serie de estrategias para contrarrestar los aranceles, desde la gestión de relaciones con México para acceder al mercado norteamericano hasta la inundación de Europa con coches eléctricos antes de la aplicación de las medidas. Además, han implementado un sistema de kits de quita y pon para ensamblar coches eléctricos en fábricas de otros países, evitando así los aranceles. Sin embargo, Europa ha reconocido esta estrategia y se ha negado a considerarla válida.

China ha respondido con una investigación contra el cerdo europeo, un producto muy consumido en el país, lo que podría afectar especialmente a España. También se ha presionado a las empresas chinas para frenar su expansión en países que apoyaron los aranceles, como Alemania, España e Italia.

El control de las tierras raras

La industria mundial de baterías depende en gran medida de las tierras raras, materiales que China controla prácticamente en su totalidad. La extracción y el refinado de estos materiales son procesos complejos y con un alto impacto medioambiental, lo que ha dado a China una ventaja estratégica. China ha intensificado su control sobre las tierras raras con el descubrimiento de nuevos depósitos con millones de toneladas de material.

Europa busca reducir su dependencia de China en este sentido, pero la regulación medioambiental europea y la complejidad de crear una industria de baterías de gran escala a corto plazo hacen que la tarea sea difícil. El uso de tierras raras presenta desafíos, entre ellos el impacto medioambiental de su extracción y la vulnerabilidad de Europa a la dependencia de China.

El futuro de esta guerra comercial es incierto, pero las acciones de China dejan claro que no dudará en defender sus intereses. Queda por ver cómo afectarán estas medidas al bolsillo del usuario y al desarrollo de la industria del coche eléctrico.

Fuente: Xataka