Florencia, harta del turismo masivo, ha implementado medidas drásticas para frenar sus efectos negativos en la ciudad. La alcaldesa, Sara Funaro, presentó un plan de 10 puntos para lograr un turismo "sostenible", incluyendo algunas restricciones bastante inusuales.
Medidas impactantes contra el turismo masivo
Entre las medidas más llamativas, destaca la prohibición de las cajas de llaves metálicas usadas por plataformas de alquiler como Airbnb en el casco histórico. Estas cajas, populares por su facilidad de uso, ahora son consideradas una amenaza estética y un símbolo del sobreturismo. La medida busca también limitar el auge de las empresas que gestionan numerosos pisos turísticos, obligando a una mayor interacción con los propietarios al momento del check-in.
Otra medida sorprendente es la prohibición del uso de altavoces para los guías turísticos. El ruido excesivo generado por estos dispositivos molesta a los residentes, y la ciudad busca así un ambiente más tranquilo para sus habitantes. Adicionalmente, se impondrán limitaciones al uso de "vehículos atípicos" como carros de golf, utilizados por los turistas para desplazarse por la ciudad.
Un decálogo para la sostenibilidad
El plan de 10 puntos de la alcaldesa Funaro incluye diversas estrategias para controlar el flujo turístico y promover un turismo responsable. Se busca imponer límites a los alquileres turísticos, realizar campañas de sensibilización, colaborar con las plataformas de reserva y mejorar el control del turismo en la ciudad. El objetivo principal es que Florencia pueda seguir siendo atractiva para los visitantes, pero manteniendo su habitabilidad para sus residentes.
El impacto del turismo en Florencia
Entre enero y septiembre de 2024, Florencia recibió más de 7,8 millones de visitantes, una cifra abrumadora para una ciudad con una población de alrededor de 366.500 habitantes. Este masivo flujo turístico se concentra en el centro histórico, de apenas 5 km², impactando significativamente en el coste de los alquileres residenciales. Se ha registrado un aumento considerable en la oferta de alquileres turísticos a través de plataformas como Airbnb, que ha coincidido con un notable incremento en los precios de los alquileres para residentes.
El Ayuntamiento de Florencia advierte que el centro histórico ya no puede soportar la presión del turismo masivo sin comprometer su valor patrimonial y la calidad de vida de sus ciudadanos. Estas medidas buscan un equilibrio entre la atracción turística y la sostenibilidad de la ciudad, asegurando que Florencia pueda mantener sus raíces, su identidad y la habitabilidad para sus residentes.
Otras ciudades europeas, y de todo el mundo, también están tomando medidas similares para controlar el turismo masivo. Ejemplos incluyen Ámsterdam, Seúl, Japón, Bali y Nueva Zelanda, entre otras.
Fuente: Xataka